Los juguetes de madera y otros materiales naturales han existido desde siempre. Nuestros abuelos y abuelas ya tenían en su infancia muñecas de trapo, peonzas, coches y yo-yo’s de madera. En la actualidad, cuando elegimos un juguete para nuestros hijos nos dejamos llevar por colores, luces, músicas, etc. Pero a veces olvidamos que un juguete puede ser mucho más que un objeto de entretenimiento, y hay una pregunta que no solemos hacernos al elegir entre tanta variedad: “¿Qué beneficios quiero que ese juguete aporte a mi hijo?”

1. Los juguetes de madera tienen “cuerpo”. Esto hace que los niños sean más conscientes de ellos al sujetarlos y ayudan a mejorar tanto la motricidad fina como el desarrollo sensorial. Los juguetes más pesados les ayudarán a sentir sus movimientos mientras trabajan para desarrollar sus habilidades.

2. Estimulan el sentido del tacto. El hecho de que se noten las irregularidades de la madera, que estén o no lacados… proporciona distintas sensaciones que el cerebro va registrando al tocarlos, sin percibirlo.

3. Mejoran la coordinación de los ojos debido a sus formas más básicas. Actividades como la edificación de torres con bloques o no se peguen una serie de bolas de madera en una cadena de cuerda, requieren que los niños estén atentos a la distancia y la colocación de cada elemento. También pueden utilizar juguetes de madera para empezar a representar conceptos como sobre, bajo, junto, arriba y abajo.

4. Favorecen la imaginación y la creatividad. En nuestra opinión, los mejores juguetes son aquellos que dejan espacio a la imaginación y creatividad, que les permiten ser libres y descubrir el mundo a su ritmo. Cuantas menos cosas haga un juguete, más cosas hará la mente de mi peque.

Al no incorporar luces, sonidos ni instrucciones, es el niño quien tiene que imaginar todo lo que quiere que ese juguete haga, nada viene dado o hecho. Además, al ser menos estructurados son más polivalentes y son los niños quienes toman el control en cada actividad.

5. Reducen el consumismo. Los juguetes de plástico suelen ser más frágiles, se rompen o se pierden sus piezas con mayor facilidad y generan que se tengan que comprar nuevos juguetes de repuesto. Por el contrario, los juguetes de madera pueden parecer más caros, pero compramos menos cantidad y de mayor calidad. Esto también que supone también un ahorro a medio plazo.

6. Envejecen mejor y son intergeneracionales. Los modos de utilizar juguetes de madera son tan versátiles que pueden conectarse con una amplia gama de edades y niveles de capacidad. A medida que las habilidades mentales de los niños crecen, también se modifican los usos de los juguetes de madera, convirtiéndolos en evolutivos, dinámicos y duraderos.

Otro aspecto a destacar en este punto es que los juguetes de madera, muy lejos de romperse o afearse con el tiempo, son atemporales. Pueden pasar de generación en generación porque el juguete sigue igual de bonito y funcional, algo que también notará nuestro bolsillo.

7. Solución de problemas. Los niños pueden utilizar juguetes de madera para ayudar a proporcionar representaciones visuales de los problemas lógicos, matemáticos o científicos. Dado que los juguetes de madera vienen de formas y tamaños generales, los niños pueden resolver problemas para averiguar cómo adaptarse a determinados escenarios en vez de tener las piezas prefijadas.

8. Conectan con la naturaleza. La madera es un material natural que responde a las expectativas biológicas que tienen los niños al nacer (en relación al sentido del tacto). Usar materiales que provienen directamente de la naturaleza ayuda a los niños a entender la relación existente entre ésta y la producción de los objetos cotidianos. Esto ayuda también a que desde muy pequeños comprendan la importancia del reciclaje y de la huella ecológica y entiendan conceptos como reciclable, reutilizable, biodegradable, ecológico, sostenible, etc.

9. Los juguetes de madera son bonitos per sé. Tienen belleza propia. Los colores combinados con las texturas de la madera añaden un atractivo al proceso de aprendizaje y además son perfectos como objeto decorativo. Tienen la capacidad de combinarse con la decoración habitual de la casa. Esto permite dejarlos a la vista y tener la oportunidad de que los niños interactúen con ellos siempre que les llegue el impulso.

Cómo elegir juguetes de madera

A la hora de elegir un juguete de madera tenemos que tener en cuenta que en el mercado hay una variedad inmensa de juguetes de madera, pero no todos son seguros. La calidad tiene un precio, aunque no nos guste. A veces hemos tenido juguetes de madera pintados con vete a saber qué pintura, que se desprendía con facilidad y que nuestros peques se llevaban a la boca.

Podemos pensar que la mejor solución para esto es comprar juguetes sin tintes. Pero todas sabemos que los juguetes lacados son más atractivos para nuestros hijos. Por eso es importante tener en cuenta el material con el que están pintados o barnizados.

Los juguetes y mordedores de nuestra web, por ejemplo, no solo están hechos de materiales naturales, sino que también están pintados y barnizados con tintes y ceras totalmente inocuas (como la cera de abeja o aceite de jojoba) para la salud de nuestros hijos. Así podemos estar tranquilas si se los llevan a la boca, los rascan, muerden o lo que quiera que hagan.

¿Los juguetes de plástico están prohibidos?

Tampoco es cuestión de ser radical. Una cosa es priorizar los juguetes de madera, pero también hay algunos juguetes de plástico y otros materiales excelentes, como la silicona o el caucho, que permiten desarrollar la imaginación, conceptos de lógica, composición del espacio, etc. En este caso también deberíamos tener en cuenta su procedencia a la hora de adquirirlos, como que sean de plástico reciclado o reciclable.

Y además, hay momentos para todo. Por ejemplo, los juguetes de silicona, plástico, o caucho son ideales para ir a la playa, la piscina o de viaje, para usar en la bañera o jugar en exteriores.

Es curioso ver cómo poco a poco intentamos alejarnos del consumismo y  recuperar los valores tradicionales de nuestros predecesores. Y también nos llama la atención ver que este tipo de juguetes aportaba más beneficios de los que pensábamos a pesar del avance tecnológico y psicosocial que hemos experimentado en el último siglo.